martes, 30 de agosto de 2016

El reloj

Una oscura sombra sobrevuela mi vida. Mis pasos guiados por la desesperanza, transcurren serenos por las callejuelas empapadas por la lluvia.  El ruido de la gente, de los coches, no existe en mi camino, solo yo, solo con mis pensamientos, solo, en definitiva.  El se fue, sucumbió al paso del tiempo y tomo el tren de partida.

Las hazañas de los veinticinco años quedaban lejos, los quince escalones que separan el portal de la entrada a mi piso se convertían en una aventura diaria.  Mi reloj comenzaba la cuenta atrás, estaba cansado, y mi vida había sido plena.  Me tumbe en la cama, esa cama testigo de tanto cariño, de tanta pasión, y cerré los ojos para descansar por ultima vez en ella; para descansar eternamente.

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